20 de julio de 2015

El lobo con "piel" de oveja

Dolon. Detalle de una urna ca. 460 AC. Museo del Louvre.
El proceso de escritura es, para mí por lo menos, una actividad que requiere más que sentarme frente a la computadora y teclear. En particular cuando se trata de escritura académica, inicio cubriendo todas las fuentes posibles a riesgo del hartazgo. Prosigo con la preparación de un borrador que suele terminar destripado, a la manera de la criatura de Frankenstein, para dar lugar a un escrito con un argumento claro, bien asentado en evidencia histórica y textual, que permite al lector cuestionar mis ideas o elaborar las propias. Sin embargo, ésta es únicamente la parte "material" de mi proceso de escritura.

De manera paralela, tiendo a necesitar escribir otras cosas, en otros idiomas. Esto podrá resultar extraño considerando que el artículo que estoy escribiendo actualmente se trata de la historia de Saladino y messer Torello del Decameron. Es decir, estoy leyendo el texto en italiano e inglés (a pesar de que no me convence la traducción que es más accesible). Además he leído lo que se ha escrito al respecto de esta historia está en francés, italiano e inglés; aunque como estoy considerando más adelante la traducción castellana, también leo en castellano y otros idiomas ibéricos. Quizá es por eso mismo, el poliglotismo requiere no sólo la ingesta sino también la producción en diferentes lenguas.

No resultará sorprendente que el Sultán Saladino sea representado en varias de las historias del Decameron como políglota también. Dentro de las narrativas medievales, es muy poco frecuente que se haga comentario alguno sobre el lenguaje utilizado por los personajes. No obstante, cuando se hace mención del uso de un idioma diferente parece siempre relacionarse con la idea de representar al Otro. El idioma, en otras palabras, es una de las pieles que le permiten al lobo vestirse de oveja. Ese es uno de los puntos que me interesa explorar más adelante y no en este artículo.

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