13 de marzo de 2013

Querido Papá

se acerca tu cumpleaños y pienso en tí, como todos los años. Aunque, siendo sincera, te pienso muy seguido. Pero las fechas importantes, los eventos vitales, los cambios en la vida, todas esas cosas me hacen detenerme y tener ganas de platicarte.

Y ahora, que se acerca tu cumpleaños y estoy por defender la tesis doctoral, quisiera contarte tantas cosas. Quizá después será mejor, para platicarte de la defensa y de los nervios que sentí antes. Lo importante es que por fin llegó el momento y dejaré de ser estudiante.

Gracias, papá, por enseñarme que la literatura me permitía ver mundos que no podría ver con mis propios ojos. Creo que tú sabías bien de lo que hablabas y me abriste una puerta enorme.

¡Gracias!

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