24 de febrero de 2013

Intertextualidad y radicularidad

Palimpsesto georgiano del siglo V o VI.
Lo que sigue es un primer borrador de mi justificación teórica para la elección de ciertos términos (y por lo mismo, metodologías) en mi tesis doctoral. Debido a que estudio varias versiones de un romance de caballería, encuentro ciertas dificultades.

Para hablar de un texto que presenta múltiples versiones, ya sea prosificaciones o traducciones, que ha sido retomado en muchas ocasiones con diferentes objetivos, uno se encuentra con un problema semántico. Suzanne Conklin Akbari estudia, en su Idols in the East (2009), algunas de las mismas traducciones o adaptaciones del Fierabras. Akbari he decidido seguir a Iain Macleod Higgins quien, en su Writing East: The "Travels" of Sir John Mandeville (1997), usa el término "isótopo" para referirse a la red textual del libro de John Mandeville. Aunque esta idea pareciera funcionar para mostrar la multiplicidad textual, no sirve para entender la genealogía textual, por llamarla de alguna forma. Usar "isótopo" como lo hacen Akbari y  Higgins es inútil para representar las variantes textuales de Fierabras. Proveniente de la química, la noción hace pensar que todas las adaptaciones, traducciones y prosificaciones son similares o, por lo menos, equivalentes. La definición que nos ofrece el Diccionario de la lengua española es suficiente muestra: "Todos los isotopos de un elemento ocupan el mismo lugar en la tabla periódica y poseen las mismas propiedades químicas."

Otros estudiosos de las vertientes de Fierabras se refieren al stemma, idea que se basa en el árbol genealógico de un texto. Karl Lachmann desarrolló este concepto en relación al estudio ecdótico de los manuscritos (en particular, a los Nibelungos y del Nuevo Testamento) y busca un arquetipo a partir del cual se pueden jerarquizar las diversas versiones (recensio y emendatio). En el caso que me ocupa (Fierabras en varias de las traducciones, adaptaciones, menciones y prosificaciones) no funciona este modelo debido a la larga historia manuscrita y textual del Fierabras. Es complicado establecer un diagrama (un stemma) que realmente refleje las modificaciones y las "contaminaciones" que se dieron desde el siglo XII hasta la actualidad.

Por ello, acudo a los filósofos, psicoanalistas y lingüistas que han intentado definir el funcionamiento de la intertextualidad. Comencemos con Gilles Deleuze y Félix Guattari, que en su introducción a Mil mesetas (Mille Plateaux, en francés) hablan de los rizomas. El planteamiento que hacen es arborescente, en donde el primer tiempo es el "libro-raíz" (11). Agregan Deleuze y Guattari que este "es el libro clásico" que imita al mundo (11). La segunda figura del libro es la raicilla, en que "se va injertando una multiplicidad inmediata" (12). Los autores buscan evitar la linealidad, llegando entonces a la idea del rizoma que equivale a un "tronco subterráneo" (14). El problema para la utilización de tal concepto es que en un rizoma está conectado con todo, pues "no dejaría de conectar eslabones semióticos, organizaciones de poder, coyunturas remitiendo a las artes" y demás (16). Son estos assamblages (ensamblajes, por llamarlos de alguna manera) que dificultan la concepción rizomática del texto.

He preferido el uso de los términos hipotextual e hipertextual, que son una adaptación del término "hipertexto" desarrollado por Ted Nelson en relación a la internet. Nelson comenta que "the word 'hypertext' has become generally accepted for branching and responding text" (en Literary Machines). Pero en realidad se refiere a bloques de texto que están hipervinculados electrónicamente. Gerard Genette también utiliza estos términos pero de diferente manera. Es a partir del trabajo de este último que yo baso mi genealogía textual.

Quisiera que pensáramos en Fierabras como una red textual, que funciona en dos niveles. Primero, como un sistema de referencia intertextual, es decir, en relación a otros libros e historias más allá de los eventos contenidos en las variantes textuales de este relato. Es este nivel el que me permite leer las condiciones sociopolíticas que se reflejan en, digamos, la traducción castellana o en la adaptación en inglés medio de Fierabras. El otro nivel es un sistema genealógico, digamos, a través del cual podemos entender cómo se conecta la versión provenzal en verso con la prosificación de Jehan Bagnyon y ésta con la adaptación de Nicolás de Piemonte.

Obras citadas
 Deleuze, Gilles y Félix Guattari. Rizoma: Introducción. México: Ediciones Coyoacán, 2004. Impreso.

19 de febrero de 2013

Aquí sigo...

http://blog.rtve.es/.a/6a014e6089cbd5970c017c32b680ab970b-800wia punto de terminar la tesis, sólo necesito pulir la introducción y darle una revisada a todo el documento.

Se siente extraño. De repente, frente a mí, se abre un enorme vacío. Por primera vez me doy cuenta que esta ruta cambia radicalmente. Ya no seré estudiante. La vida real vuelve a comenzar a partir de aquí y me he olvidado lo que significa eso de "la vida real".

Y, me pregunto, por qué siento tanto miedo... qué es lo que dejo atrás a lo que me aferro. Qué temo encontrar adelante... o es precisamente que no sé qué hay en el futuro que tanto me altera. Es como saltar al vacío, sí. Eso es lo que siento.

Como sea, sé que a final de cuentas todo valió la pena. He pasado 9 años haciendo dos posgrados (una maestría y un doctorado). He aprendido muchísimas cosas y desaprendido otras. Conocí gente maravillosa y alguna otra terrible. Porque sí, así es la vida.

3 de febrero de 2013

Feliz cumpleaños, hijito


La vida se pasa rápido, ¿verdad? Muy rápido. Parece que fue ayer que estaba en el hospital esperando tu llegada y han pasado tantas cosas, buenas y malas. Muchas cosas, hijo querido.

Tu hermana es una adulta joven. Déjame que te cuente que es una mujer inteligente y dulce. Aunque a veces se pierde en el camino, lo retoma con facilidad. Es muy guapa, pero eso ya lo sabes. Bueno, quizá no lo recuerdes.

Yo estoy por terminar el doctorado y nunca voy a dejar de aprender. Me hubiera gustado poder compartir contigo mis cuentos de gigantes y princesas, de castillos y caballeros. Seguramente te divertirían mucho.

Tu abuela está bien, fuerte a pesar de que ella no lo crea. Es como un roble, pero los vientos le hacen perder algunas hojas.

Tu tía también está bien. Y sí, a ella no la conociste. A ella le encantan los gatos, si vieras... y tejer... y bailar... y cantar.

Como mañana es tu cumpleaños, me voy a comer un pastelito por tí. Espero que te guste el chocolate... te quiero, m'ijo. Te quiero mucho y te extraño.

Homo sedentem

¿Alguna vez te has preguntado, querido(a) lector(a), en qué nos diferenciamos del homo erectus?
Remedios Varo, Presencia inquietante (1959)

El ser humano en el siglo XXI ha dejado de ser un hombre erguido. Quizá hace unas décadas aún vivíamos según ese apelativo. Ahora, después de haber estado tres días en una maravillosa conferencia (y no me malinterpreten, de verdad que la pasé muy bien y aprendí mucho), me doy cuenta que la vida ha cambiado.

Digamos el día de hoy, como ejemplo de mi planteamiento. A las 8:45 de la mañana me senté dentro de mi automóvil para llegar de Pasadena a la Universidad de California en Los Ángeles. Después de media hora, llegué a mi destino, estacioné mi auto y caminé hasta el edificio en donde tenía lugar el seminario de hoy. A las 10 de la mañana ya estábamos todos sentados...

y seguimos sentados hasta la 1 y media, cuando tuvimos una pausa para comer algo. Nadie siquiera pensó en sentarse a comer, pues el día todavía nos ofrecería suficientes oportunidades para ello. Pero 45 minutos después volvimos a estar sentados. Finalmente, a las 5 y media de la tarde, nos levantamos nuevamente de nuestros asientos.

Lamento informarte, lector(a), que caminé hasta mi coche y manejé dos horas hasta San Diego. Evidentemente nadie ha inventado una forma de transporte individual en donde el conductor pueda estar de pie.

No voy a hacer las cuentas, pero me quedaba clarísimo hoy, mientras escuchaba las conversaciones dentro del seminario que hemos dejado de ser el humanoide erguido para ser el humanoide sedente. Por suerte mis días normales no son así, pues practico la caminata a campus traviesa.