29 de mayo de 2012

Y cuando uno piensa que se hunde el barco...

algo sucede que lo saca a flote. Pero no hay que fiarse, es importante estar listo para echar a nadar en caso necesario. O hacer algo, porque parece la casa del jabonero.


Llevo un trimestre que cualquiera diría es una pesadilla: Por una parte, la salud no siempre es buena compañera y no porque uno no se cuide, sino porque hay cosas que se descomponen. Primero fue un riñón con piedrita; luego una insidencia de queratosis actínica, finalmente un nevo de crecimiento anormal. Por suerte, las cosas se pueden arreglar. Por otra parte, las relaciones con la directora de tesis siguen su curso, que podría considerarse suficiente en este momento. En otros rubros relacionados con la academia, resulta que no podré trabajar el trimestre de otoño, como se suponía podría, pues han decidido poner en práctica reglamentos que hasta ahora habían sido bastante laxos. Digo yo, por qué no volverse estrictos a principios de año escolar, no a finales. Pero lo bueno es que ofreceré un curso de verano que promete ser divertido y, lo mejor de todo, es que la tesis avanza rápidamente ahora (con viento en popa, que le dicen).

En lo personal, supongo que todo lo que no mata engorda. Pero hay situaciones que, a pesar de ser maravillosas en muchos sentidos, desestabilizan la vida cotidiana. Y cuando uno cree que ya tiene bajo control todas las posibles áreas vitales, zas aparece algo nuevo. Ya queda dicho que me dedico a engordar, porque no tengo ninguna intención de dejarme morir.


De hecho, creo que lo más importante es no perder la mira... seguir nuestro sueño. Aprender a volar, o por lo menos a nadar.

13 de mayo de 2012

Procesión anual a Kalamazoo

Todos los años nos reunimos en Kalamazoo, MI. Este evento es casi una peregrinación a un lugar santo (tal como Santiago, Jerusalem o Roma), pero a diferencia de los palmarios, los peregrinos y los romeros lo que nos une no es una creencia religiosa sino el estudio de la pre-modernidad: la Edad Media, la antigüedad tardía e, incluso, la temprana edad moderna. Venimos de muchos lugares, algunos tan cercanos como de la universidad que alberga el congreso, otros desde otros continentes. Pero las diferencias de lenguaje, aspecto físico, género y orientación sexual, especialidad académica y pertenencia nacional no tienen mayor importancia.

Es allí en donde me encuentro ahora mismo, así que esta breve entrada es sólo para poner al tanto a vuestras mercedes eso... nada más eso. Ya agregaré notas sobre las cosas que aquí han sucedido.

1 de mayo de 2012

Un recuerdo entrañable

No me queda muy claro cómo funciona la memoria... o sí, pero lo que quiero decir es que no sé por qué en cierto momento nos acordamos de algo en particular. Hace un momento me acordé de los domingos de hace muchísimos años, en que iba a comer los domingos al restaurtante Trevi en la ciudad de México.


Este restaurante seguía en pie hasta hace un tiempo e imagino que ahí sigue (al parecer sí sigue). Está en la esquina de Colón, en frente a la Alameda. Muy cerca estaban el Hotel Regis y el Cine Regis, ambos desaparecidos en 1985 debido al temblor. Pero el Trevi no fue mayormente afectado.

El recuerdo que yo tengo de esos domingos es ir a comer allí, con mis padres y mi hermana. Justo afuera del restaurant había (y sigue habiendo) un puesto de periódicos en donde nos compraban a cada una un comic. Tengo la impresión que nos dejaban elegir qué comprar, pero no estoy tan segura. Lo que sí me queda clarísimo es que los leíamos ávidamente, para después intercambiar las revistas con dibujitos.

También recuerdo que servían Chaparritas, había fresas con crema y un mural de la fuente de Trevi. Bueno, eso de mural está por verse... pero recuerdo el lugar con mucha claridad. Supongo que íbamos porque era barato, porque era un lugar limpio, o porque estaba en el centro. La comida no era espectacular, porque la recordaría. Lo que sí recuerdo son los comics... y las chaparritas.