27 de noviembre de 2011

Auctoritas y la academia

El día de hoy, mientras pensaba en la solicitud que me hicieron de un artículo para una nueva publicación académica, me di cuenta de algo en que nunca había reparado. La academia actual sigue, en muchos sentidos, siendo igual a la medieval. Y es particularmente el asunto de la auctoritas que me interesa explicar en esta entrada de mi diario.
Isidoro de Sevilla, Bestiario de Aberdeen.
Auctoritas en derecho romano significa autoridad, tal como lo entendemos hoy en día. De alguna manera es el poder que tiene una persona sobre algo o alguien. Sin embargo, también implica el poder que otorga el citar a los auctores, los que son una autoridad en una materia específica. El término deviene una cualidad que tienen ciertos escritores a quien otros citan, como Isidoro de Sevilla (a la izquierda se puede ver una representación de San Isidoro escribiendo sus Etimologías).

Si en la Edad Media uno citaba las Etimologías de San Isidoro de alguna forma se volvía portador de la auctoritas emanada de aquel autor. Y eso no dista mucho de lo que sucede actualmente en la academia . Si escribo, por ejemplo, sobre conflictos de clase sería bueno que entre las obras citadas tuviera a Carlos Marx si quiero parecer seria en mis divagaciones. Citar a Gregorio Agamben o a Slavoj Zizek está de moda actualmente en algunas áreas.

También, relacionada con la auctoritas medieval, está la credibilidad que se le da a un autor sólo por el hecho que sea publicado. Siguiendo el mismo orden de ideas, si en la Edad Media alguien llegaba a poner por escrito algo, por fantástico que nos parezca ahora, quería decir que era cierto. Ejemplo de ello son los tratados sobre seres monstruosos que habitan en la región al sur del Nilo (aunque el Nilo no fluya de este a oeste, sino de sur a norte. Más abajo aparece una fotografía del Mapamundi de Hereford, en donde se ve el Nilo corriendo de este a oeste). Este tipo de fenómeno se sigue dando en la actualidad. Un ejemplo muy banal de ello es el uso desmesurado que hacen nuestros alumnos de licenciatura de fuentes como Wikipedia, aunque uno les diga y les repita que la información en ese sitio puede ser alterada por cualquiera. Pero, en áreas más "serias", si alguien llega a publicar un artículo o un libro lo que uno dice ha de ser verdadero, cierto o correcto. Desde luego, se pueden establecer discusiones teóricas sobre todos los temas tratados en libros y artículos.
Mapamundi de Hereford, c. 1300. El norte está orientado hacia la izquierda. El Nilo es la línea oscura, paralela al Océano (que circunda a la tierra). Este tipo de mapa, llamado T-O, es una representación medieval del mundo desde el punto de vista geográfico e histórico. Aunque no se pueda apreciar en esta imagen, el mapa contiene dibujos de seres mitológicos y fantásticos, lugares que ya no existen o que nunca existieron, además de lugares que siguen existiendo en la actualidad.
Pero para lograr obtener una plaza académica uno debe tener publicaciones. Es decir, siguiendo la lógica anterior, uno debe estar en conversación con los auctores y demostrar que se conoce la genealogía de la auctoritas. Eventualmente, si uno sigue publicando y los demás lo citan en sus propios artículos y libros, uno se vuelve fuente de tal poder.

En todo esto pensaba yo, pues debería re-escribir un artículo para ser publicada nuevamente. La idea es tener la mayor cantidad posible de publicaciones para encontrar un buen trabajo. ¿Verdad que nuestro momento aún mantiene prácticas académicas medievales?

24 de noviembre de 2011

La comilona

 Pues sí, esta fue la comilona de hoy. Primero que nada, hice unos muffins de elote con jalapeño y queso. La verdad, una delicia. Atrás se puede ver el platillo de batata (camote, en México) que es una tradición en este contexto. Las batatas las hizo mi hija, pues decidimos colaborar en esto de la cocina.

Mi hija también hizo tarta de calabaza, también algo que se acostumbra en los Estados Unidos. Tanto ella como su pareja adoran esta tarta... yo, no tanto. Supongo que aún no logro aculturarme, aclimatarme o acostumbrarme.

Este es el plato de batata ya terminado. ¿Verdad que se ve delicioso? Eso sí me gusta, aunque suene muy local. El novio de la hija hizo la cubierta del platillo, a pesar de que dice que no sabe cocinar.
Este fue mi favorito... una tarta de arándano sin corteza. Esta la hice yo. Pareciera que sólo comimos cosas dulces, pero les juro que eso no es cierto...
Por ello tengo esta foto en que se ve la pechuga de pavo, el puré de papa, los ejotes al limón y la salsa de arándano. Rico ¿no?

Días de fiesta

Imagino que todos sabrán que mañana se celebra en los Estados Unidos una fecha sumamente contradictoria. Se agradece a los nativos que alimentaron a los primeros pobladores ingleses, pues estos se estaban muriendo de hambre. Sin embargo, parece ser que el agradecimiento duró muy poco. Pregunten si no es cierto a los habitantes de las reservaciones que aún siguen persistiendo.

Pero además, con esa curiosidad por lo minúsculo e irrelevante que me caracteriza, me he encontrado la siguiente imagen que creo vale la pena analizar en relación a estas fiestas.
No podría precisar cuándo fue realizado este dibujo, pero no pareciera ser muy antiguo. Detengámonos un instante en las representaciones de los grupos en la imagen. Casi en primer plano, hacia la derecha, vemos un grupo de cuatro nativos comiendo. Todos ellos llevan indumentaria no europea, con plumas en el cabello. Además de la vestimenta, otro elemento que los diferencia de los "peregrinos" son sus modales. El hombre en azul oscuro, por ejemplo, está balancéandose en su banco como lo hacen los niños. También como una infantilización de este personaje, tiene los pies "enrollados" en las patas del banco.

A la izquierda de él hay otro "indio" comiendo con las manos o algo por el estilo. De hecho, está dando la espalda al "patriarca" blanco que está dando un discurso o bendiciendo los alimentos. Es más, estos cuatro personajes están ignorando por completo a los demás comenzales en esta primer día de "acción de gracias". Sin embargo, ¿por qué no puedo evitar percibir cierta segregación entre los primeros colonizadores ingleses y los nativos? Hay únicamente dos indígenas entre los hombres blancos... hombres todos, si nos fijamos bien.

¿En dónde están las mujeres? Dos de ellas están sirviendo la mesa, algunas más están atrás dentro de la casa (imagino que en la cocina). ¿Y las mujeres indígenas? ¿En dónde quedó ese personaje que la casa Disney inmortalizó, conocida como Pocahontas? El esquema es muy similar a la obtención del voto en los Estados Unidos, sin duda alguna. Primero sólo votaban los hombres (blancos y de clases acomodadas), después se les otorgó el voto a los demás hombres blancos. Los hombres de otras razas recibieron, como premio por su participación en la Gran Guerra (la Primera), el derecho al voto. Cuando le llegó el turno a las mujeres, evidentemente ya no hubo racialización y todas las mujeres pudieron votar. Pero una cosa es votar y otra cosa es beber agua en el mismo bebedero o poderse sentar en la misma banca en un camión.

Un último elemento que me llama la atención de esta elocuente imagen de la primera cena "multiracial" es la niña. Esta pequeña está agarrada a las faldas de su madre pero su mirada no está dirigida hacia el mismo lugar. La madre, totalmente de perfil, pareciera mirar hacia la otra mujer (a la derecha de la composición). En cambio, la niña está mirando a los cuatro hombres nativos que ocupan el primer plano. Y si bien las expresiones faciales no son claras en esta reproducción, la niña pareciera estar asustada ante los desconocidos pero generosos hombres que han decidido alimentar a estos pobres colonizadores.

Lástima que todo terminará en una horrible expropiación de las tierras, en la pauperización de los primeros habitantes y con la autoadjudicación de este país a un número interminable de inmigrantes (aunque ahora sólo los de piel morena son inmigrantes e ilegales hasta que no prueben lo contrario). Si no, pregúntele a estos cuatro hombres armados lo que opinan.

19 de noviembre de 2011

Como Lázaro...

Hoy me siento como Lázaro se habrá sentido. Regresar de la muerte no debe ser fácil, pero hay algo de éxtasis de sólo pensar que tenemos "tiempo extra". Así también se han de sentir los zombies, aunque deberíamos aclarar que los zombies en la actualidad parecen sólo desear matar a otros y tener pocos sentimientos (aunque en Shaun of the Dead al final Ed, a pesar de ser un zombie, sigue siendo el mismo de siempre). Y, desde luego, los vampiros también deben sentir algo parecido. Ellos también han logrado atravesar la frontera entre la vida y la muerte.
Yo no morí, pero la sensación de renacimiento que tengo nadie la puede negar. Tras un par de semanas en que mi actividad principal fue calificar ensayos de mis alumnos, este fin de semana podré dedicarlo casi exclusivamente a escribir la tesis. Evidentemente no es que no haya escrito nada de la tesis en estas dos semanas, pero creo que este fin de semana por fin terminaré el marco histórico necesario para explicar las cosas que suceden en el texto que analizo.

Mientras tanto, gozando la libertad que me ofrece no tener que calificar ensayos o pruebas, me pongo al día con mi diario (aunque la puesta al día siempre es una ilusión).

17 de noviembre de 2011

Pobre Eréndira

Me queda muy claro que la abuela le mentía a Eréndira. No es cierto que el jueves es el día más largo de la semana. Hoy es miércoles y estoy agotada.

Sólo pasé por aquí para dejar una notita... espero que después de mañana pueda volver a los vampiros.

8 de noviembre de 2011

Altar de muertos

He estado pensando que nunca es tarde para hacerlo... así que este es mi altar de muertos, una tradición mexicana para celebrar a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros.
A mi abuela Ángela, madre de mi madre, le gustaba la Jota o eso se decía. Así que le dejamos una en este altar. Y luego sigue mi abuelo... y mis tíos.
De izquierda a derecha, mi abuela Ángela, mi tío Fidel, mi padre, la primera esposa de mi tío José, mi abuelo Jaime, Mario Streji (el mejor amigo de mi padre) y su esposa Nélida, mi tía Poye y mi madre. Esto fue el día de la boda de mis padres. A mis tíos Fidel y José, hermanos de mi padre, les encantaban los chistes, pero no puedo ponerlos en este altar. A mi padre sí le he puesto una de sus canciones favoritas de Dixieland.
Esta es mi tía Milda, esposa de mi tío Rodolfo. De ella tengo muy recientes recuerdos, pues hace poco se fue.
Estos son mis abuelos Betty y Simón, padres de mi padre. Esto es el viaje de luna de miel cuando se casaron. Ya sé que es frivolidad pura, pero vean los hermosos zapatos de mi abuela.
Este es el único recuerdo de mi hijo, Axel, que ya van a hacer 12 años que se fue. Y como no sé qué le hubiera gustado, sólo le dejo mis pensamientos.
Esta es mi tía Gladys (de cariño, mucho cariño), que falleció recién este año víctima del cáncer. A ella le hubiera gustado un gato o un perro, pues les tenía verdadera adoración.
Esta es mi amiga Dora, con su hijita Anita. Ayer Dora dejó de compartir el planeta con nosotros... víctima del cáncer.
Este es mi adoradísimo amigo Francisco, también falleció víctima del cáncer, ya hace algunos años. Lo extraño horrores, como se han de imaginar.
Y mi amigo Luis, a quien recuerdo con muchísima frecuencia.
El querido Juan Manuel, abuelo de mi hija. En esta foto con algunos alumnos de él... y aquí no cabe duda de que es el padre de su hijo... digo yo.
El buen Rigo... que también se nos adelantó. Y con él dejemos mi altar de muertos, aunque me quedan todavía unos cuantos amigos que incluir.

Vámonos con una calaverita literaria que me hallé por ahí:

"Al fin que pa' morir nacimos
llegó la flaca y de un jalón
y nosotros ya la hicimos
vamonos para el panteón".

6 de noviembre de 2011

Procesos de escritura

Una de las actividades que practico con más frecuencia es la escritura. Desde correos electrónicos hasta comentarios en los ensayos de mis alumnos, pasando por este diario y mi tesis doctoral, mi día suele estar lleno de palabras escritas a mano o a máquina. Aunque recientemente me doy cuenta que hay un límite para la cantidad de palabras que puedo producir. Por ello, he dejado un poco de lado este diario.

Sí, esta es una justificación a mi falta de entradas. Ya quisiera yo tener más tiempo para escribir. No es que no tenga ideas, pues tengo un par de entradas sobre vampiros que aún no escribo (que siguen en el tintero) y otras sobre hombres lobo. También quisiera escribir sobre gigantes, pero todo llega en su momento. Por ahora, hay que tratar de hacer lo más inmediato (terminar de sacar un cálculo renal de mi sistema, acabar de escribir la reseña del libro, leer el libro que vamos a enseñar esta semana en clase)...

En fin... ya volveré.

1 de noviembre de 2011

La curiosidad mató al gato

Tengo un lector en Alemania y no tengo idea de quién sea. Francamente me muero de curiosidad... ¿será porque soy un gato?

Bueno, de ser un gato, espero ser menos extraña que el de Chesire.

Pero... por lo menos me queda claro que me interesan los dientes. ¿Acaso los del gato no son diferentes? ¿Y qué me dicen de los vampiros y de los hombres-lobo? ¡¡¡Dientes!!! Debería de haber sido dentista.