21 de septiembre de 2011

Y de vuelta la burra al trigo...

o, lo que es lo mismo, el trimestre vuelve a comenzar.

Finalmente se termina el verano y comenzamos las clases de otoño en la universidad. Queridos lectores, juro que había deseado con toda el alma volver a comenzar porque es más simple tener una rutina cotidiana. Según yo, es más fácil mantenerse haciendo cosas cuando uno tiene que programarse. Claro, es más fácil cuando uno se lo imagina desde el otro lado de la barrera (como en los toros).

Como les consta a muchos de mis lectores y amigos, durante el verano terminé un capítulo de mi famosa tesis doctoral. Además, estuve trabajando en el siguiente capítulo, haciendo investigación para el marco histórico. Fui a la Biblioteca Nacional de México y a la Huntington Library a hacer investigación en fondos reservados. Incluso inicié este diario y dediqué parte del tiempo a ver amigos. Es decir, tuve un verano productivo.

Ahora, con el regreso a clases, me temo que no podré ser tan productiva como soñaba (y menos si me atacan los dolores de cabeza durante la mitad de la noche, porque ni soñar puedo). Pero sigue la mata dando... y yo trabajando. Para comenzar, he encontrado algo que les mostraré a mis alumnos en la introducción a la literatura peninsular (hablamos de la Península Ibérica). Voy a mostrarles las Cantiga 124: O que pola Virgen liexa (un enlace a la versión musical) y la imágen del manuscrito del Escorial. Esto me sirve para ir explicando la historia desde el año 711 hasta 1492... un  buen salto de acróbata.

Y sí, de vuelta a la escuela... pero ¡sin duda lo disfruto mucho!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué onda con el pobre tío de la ilustración?
Lo están apedreando! Y está amarrado al árbol!
Not nice!
Qué bueno que ya regresaste a la Univ.
A mí me ha ayudado el omega 3 para los dolores de cabeza.
Te quiero, Silvia Torres