5 de septiembre de 2011

Mercadotecnia académica

A todos nos llega el momento en que tenemos que vendernos al mejor postor. Sí, suena horrible. Es horrible. Pero todo el mundo tiene que buscar trabajo, actividad particularmente horrible en una economía contrahecha como la actual (particularmente en los Estados Unidos, en donde las ciencias humanas y sociales son vistas con despecho a pesar de que la mayor parte de la información sobre qué significa ser humano y la formación necesaria en este mundo moderno proviene de estas áreas).

A mí me está llegando el momento en que tengo que preparar todos los materiales necesarios para solicitar empleo: cartas de recomendación, curriculum vitae, cartas de presentación, muestras de mi trabajo escrito, mi filosofía educativa y pedagógica, etc. Algunos empleos están abiertos ahora y es en este momento en que prepararé todo lo necesario.

Creo que una de las tareas más complicadas (y quizá también más desagradables) es pensar cómo vendernos a nosotros mismos cuando hay pocos puestos y muchas personas buscando ocuparlos. Hay que pensar con cuidado qué tenemos de especial, qué nos hace mejores o más adecuados para un puesto en una universidad. Es más, tenemos que preguntarnos si enseñar en una universidad es lo que queremos, si deseamos hacer investigación o sólo enseñanza.

He intentado no pensar en estos temas de manera abierta y dedicarme, más bien, a escribir mi tesis doctoral. Inconscientemente, me aterra la posibilidad de competir por los pocos huesitos que las instituciones educativas nos tiran a los recién egresados o los que estamos por concluir nuestra formación académica. Conscientemente me irrita la situación y he buscado alternativas fallidas, actuar como avestruz no me llevará a nada, pero por lo menos no tengo que angustiarme todos los días.

Llegó el día menos esperado, en todos los sentidos de la frase. No esperaba, ni deseaba esperar este día. Ha llegado y tendré que entrarle. Deséenme suerte.

2 comentarios:

Rameez dijo...

Suerte. <3

RH dijo...

Mucha suerte carino. -Roberto