31 de diciembre de 2011

Los caminos de la viajera II

Brushstroke de Roy Lichtenstein.
Sigamos con el relato de las vacaciones. En la entrada anterior mencioné mi paso por el Jardín escultórico de la National Gallery en DC. Después de caminar otro poco más llegamos (mi guía y yo) al Hirshhorn. El museo es parte del Smithsonian, dedicado a arte (moderno y) contemporáneo. Afuera del museo en sí hay otro jardín escultórico y lo primero que ví fue la escultura que se ve a la izquierda, de Lichtenstein. Claro que mi guía no entendía cuando yo saltaba de alegría, porque no sabe que me encanta la obra de Lichtenstein.
Después me encontré una pieza que me recordó mucho al trabajo de mi tío Rodolfo. Es una escultura de Lucio Fontana, también argentino, pero su obra es de finales de los cincuentas. También encuentro que una gran diferencia es que mi tío trabajaba en otro tipo de materiales (yeso o un compuesto parecido al yeso, papel) y, sobre todo, su obra es blanca. Esta obra de Fontana es negra, aunque en la foto no se aprecia bien el color. Otra diferencia, esta vez temática, es que de los huevos neofósiles de mi tío surgen (o intentan surgir) cuerpos humanos a pesar de las múltiples constricciones que sufren. En la obra de Fontana hay un abismal vacío que no promete nada. La diferencia creo yo obedece a un momento histórico ligeramente diferente. Para Fontana no parecería haber esperanza, para mi tío pareciera haber una situación represiva brutal. Treinta años de diferencia son muchos.

Al lado de la obra de Fontana estaba este complejo escultórico de Juan Muñoz, que se llama Last Conversation Piece. En la imagen a la izquierda no se llega a apreciar el tercer personaje tras los dos al frente. El hombre a la derecha está viendo directamente a estos tres. Debido a la luz invernal, las fotografías que tomé no son muy buenas pero ofrecen una clara idea de la pieza de Muñoz.

Así es que llegamos a la puerta del museo como tal. Afuera hacía frío, pero adentro era un verdadero horno. De las obras que estaban expuestas en el museo no pude tomar muchas fotografías, pues la institución prohibe tomarlas en ciertas exposiciones (supongo que no lo permiten en las muestras temporales).
Marilyn Monroe's Lips de Andy Warhol.

En el piso inferior encontré esta obra de Warhol, autor que de alguna manera marcó mi estancia en la costa este. Mientras tomaba la foto me acordaba de mi hija, que es una fanática de la obra de este hombre.
Richard Serra, Morro Bay.
Y luego encontré dos obras  que evidentemente me recordaron a otra persona, que dudo que lea mi diario porque no habla español. La primera es de Serra. La textura no es muy clara en la fotografía, pero eso fue algo que me llamó mucho la atención además de que la figura negra no es totalmente cuadrada y sólo se puede notar en la parte superior izquierda.

La segunda es de Larry Poons, se llama Day on Cold Mountain. Este cuadro me hizo pensar en un tapiz... a pesar de mi preferencia por la obra en blanco y negro, esta me resultó sorprendentemente relajante (aunque fuera muy amarilla). De hecho, es una combinación inesperada para mí. Supongo que uno cambia de vez en cuando de preferencias visuales.
La última pieza que fotografié (como una panorámica para intentar captar la sensación que causaba) es esta instalación de Fred Sandback. Al lado de mi guía se puede ver la obra de Poons... y lo que parecen líneas de color son estambres de colores, esa es la instalación.

Así terminó mi visita al museo Hirshhorn... y termina también esta entrada a mi diario. Hasta la próxima y ¡feliz año nuevo!

29 de diciembre de 2011

Los caminos de la viajera I

Estoy finalmente de regreso, con las fotos listas para mostrar las maravillas que vi. Esta entrada se trata únicamente de Washington DC. Lo primero es lo primero, así que llegué a DC después de varias horas en el aeropuerto JFK, pues hice escala allí. Por suerte, me estaba esperando Sean, porque no tengo idea cómo llegar a ningún lado desde el aeropuerto de esa ciudad.

Al llegar a su casa todo fue mejor, porque estaba la calefacción puesta. Afuera hacía frío pero no de morirse, sin embargo es rico llegar al calorcito. Después de dormir como lirón en el mejor colchón que yo haya probado en mi vida, Sean me preparó un rico desayuno. Conste que yo no suelo desayunar, aunque dicen que "al que le den pan que llore".

Así que comí muy contenta lo que me sirvieron y luego nos fuimos a caminar por ahí, cerca de donde vive Sean (que se llama Silver Spring). Digamos que fue un paseo por el barrio... y comimos después en un restaurant muy rico. Me llamó mucho la atención que las tiendas de bebidas alcohólicas son del gobierno... lo cual es casi como volver a la ley seca, pero en fin. La idea es que el consumo de alcohol en la capital de este país está controlado.

Por la tarde me la pasé muy cómodamente recostada en el sofá viendo películas. Eso era justo lo que yo necesitaba para comenzar mis vacaciones con el pie derecho. El domingo fuimos al centro de DC. Una de las primeras paradas fue el Jardín escultórico de la Galería Nacional de Arte.
Cheval rouge de Alexander Calder.

Como se puede observar en mis fotos, el día estaba soleado y agradable (como a 5°C). De vez en cuando había un poco de viento, pero se podía andar sin problema. A la izquierda se ve un detalle de una escultura de Calder. A mí me encanta su trabajo y este en particular permite ver el azulísimo cielo de DC, además de los árboles sin hojas a finales del otoño. Tengo otra imagen de esta escultura, pero creo que esta tiene un encanto especial.

Louise Bourgeois, Spider.
La siguiente escultura que me llamó la atención fue esta, porque me hizo recordar a mi hija (que realmente detesta a las arañas). Esta es enorme y no pude evitar tomarle una foto para que ella pudiera verificar que no la olvidé por completo en mis paseos por Washington.

Chair Transformation
de Lucas Samaras.
Había muchas otras esculturas en el jardín. Pero ninguna me llamó tanto la atención como la de Lucas Samaras. Será porque me recuerda al juego de las sillas musicales... me pareció una escultura súmamente lúdica. Y bueno, el final es lo mejor. No sé quién lo hizo, es un árbol de aluminio. Como pueden ver a la derecha, un águila decidió usarlo de percha. La gente en el parque la miraba atentamente. Yo le saqué una foto, pues me fascinan las aves estas.


En fin, esta es la primera parte del domingo en Washington. Ya pondré la siguiente serie de fotos en cualquier momento. Yo sé que están esperando ver imágenes de lo que hice.

27 de diciembre de 2011

Mirando por la ventana

Cada persona tiene sus pasatiempos favoritos. Hay quienes se dedican a correr o hacer yoga, hay otros que prefieren armar rompecabezas. A mi me gusta mirar por la ventana. Sea en un café o en un tren, desde un departamento o hacia adentro en un aparador, las ventanas ofrecen una mirada "protegida". Es decir, uno puede ver y, aunque de hecho es visto a menudo, estar a resguardo.
Fair Rosamund de John William Waterhouse.
Digamos, uno puede ver por la ventana quién viene y va por la calle. Sin embargo, se puede estar cómodamente sentado. Hoy estoy en un café.. en una librería maravillosa (es inmensa), puedo ver la gente que camina por la calle, puedo imaginar sus vidas sin meterme en ellas. No soy una partícipe, sólo una observadora de lo que sucede a mi derredor.

Y, sin embargo, debo volver la cara hacia mi computadora y ponerme a trabajar.

25 de diciembre de 2011

El orden de los factores

Hay una ley en matemáticas que dice que "el orden de los factores no altera el producto". Esto es cierto para las multiplicaciones. Y, de hecho, también hay una ley conmutativa para la suma, es decir "el orden de los sumandos...".  Sería maravilloso que también estas dos leyes tuvieran aplicación en los elementos a ser discutidos en un capítulo de la tesis doctoral que trata de cuatro instancias textuales. El hecho es que el orden de estas instancias sí altera el producto.
Raoul Hausmann, Elasticum, 1920.
Llevo tres días pensando en qué orden presentar la evidencia que tengo para sostener mi argumento. Por una parte tengo que mostrar que el autor no estaba hablando de España, sino de Turquía. Además, en lugar de hablar de sarracenos, los antagonistas son turcos. Más aún, la trama está ubicada en Aguas Muertas; esto nos refiere a un lugar específico (fuera de España como algunos han pensado) que está relacionado con las Cruzadas. Finalmente, los protagonistas son cristianos y no franceses, como era en el texto del que tradujo mi autor. El problema que veo es que dos de estas instancias se refieren a geografías específicas, mientras que las otras son gentilicios.

Si presento primero las dos instancias geográficas, entonces una de las secciones sobre gentilicios parecería repetir lo ya dicho (la que menciona a los turcos). En cambio, si hablo de los gentilicios primero, tendría que comenzar con los turcos, luego los cristianos, de allí pasar a las cruzadas, luego hablar de que España no es donde se ubica el relato, y llegar hasta Turquía. Según yo, es un argumento circular que puede ser confundido con una tautología.
Versión francesa del texto que estudio, Baland muere en manos de un hombre de color.
 Aunque es posible comenzar hablando que este relato no tiene lugar en España, pues los sarracenos ahora son turcos (uniendo la sección sobre Turquía con los gentilicios sobre moros, sarracenos y turcos), luego hablar de Aguas Muertas (como locación fuera de España y su importancia para la Séptima Cruzada) y terminar con los gentilicios vis-à-vis la creencia religiosa (franceses que son mencionados por su credo y no su lugar de origen) que también apoyaría el punto anterior. Así, evitaría separar las secciones en gentilicios o ubicaciones, siguiendo esta línea argumental.

Sería muy bueno que una tesis tuviera la misma lógica que las matemáticas, pero el orden de los factores, como dije, sí altera el producto.

19 de diciembre de 2011

Actualizaciones históricas

Con frecuencia me encuentro explicando que el ciclo carolingio medieval (que tiene a Carlomagno y sus pares como protagonistas) es como el cine norteamericano durante el segundo periodo del temor rojo. En lugar de hablar de los soviéticos era más fácil referirse a los marcianos que, casualmente, vivían en el planeta rojo (y por si se necesita explicar con detalle, pues es el color asociado a los comunistas). Evidentemente yo no inventé esta idea, Alan Lupack dice:

The Saracen threat to Christendom, which must have been perceived in the Middle Ages much as the Communist threat to the free world was in America in the 1950s, concerned not only the fate of a country but the survival of the way of life that most in the western world knew. The conflict thus takes on the overtones of a world war. (The Sultan of Babylon: Introduction. http://www.lib.rochester.edu/camelot/teams/sultint.htm, énfasis mío)
 Evidentemente, es importante notar que en mi explicación personal opto por dejar fuera toda reflexión política (negativa o positiva) hacia las partes involucradas, cosa que no sucede en el comentario de Lupack.

Pero imagino que tomar partido es lo de menos en mi caso, porque los relatos sobre Carlomagno en la Península Ibérica también me recuerdan a las películas norteamericanas posteriores a la guerra de Viet Nam. Particularmente pienso en las secuelas de Rambo en que el personaje homónimo se vuelve un héroe (en busca de prisioneros de guerra en Viet Nam en la segunda parte, luchar en Afganistán contra ejércitos soviéticos en la tercera, etc.) tras haber sido representado en la primer película como un veterano que experimenta problemas para reintegrarse a la vida civil.
Carlomagno encuentra a Roldán muerto tras la batalla de Roncesvalles.
Otro elemento que comparten los relatos carolingios con la cultura mediática actual es la creación de "protosecuelas" por usar algún término. Así como Superman fue seguido por Superboy, Mainet contiene la infancia de Carlomagno. Este paralelo no sólo describe la idea de la "protosecuela", también implica la idea del héroe representado durante su juventud. Los pares de Carlomagno tienen infinidad de secuelas y "protosecuelas" en muchos de los idiomas vernáculos, pero destacan el francés y el italiano en la "cultura mediática" tardiomedieval y de la tempranísima edad moderna.

Igual que Rambo, Carlomagno y sus pares se volvieron héroes fantásticos basados en una realidad histórica. Ambas figuras sirvieron para reconsiderar al "otro" y reimaginar el "nosotros". Justamente es por eso que vale la pena estudiar estos textos, a mi parecer.

18 de diciembre de 2011

Interrumpimos esta pausa....

porque la reflexión sobre la muerte es siempre intensa y requiere un espacio y un momento. Ayer falleció Cesária Évora. No la conocí personalmente, hubiera sido un placer y un honor haberlo hecho aunque nunca sucedió. De hecho, tampoco la vi en vivo. Sin embargo, su música marcó mi vida en diferentes momentos y sólo pensar en su voz me causa escalofríos.

Esta es su visión de su pequeño país. Escúchala, disfruta el video, esta mujer ya no está con nosotros pero aún podemos sentir su presencia.

Ahora, de regreso a mi pausa invernal, a seguir trabajando en mi disertación.

27 de noviembre de 2011

Auctoritas y la academia

El día de hoy, mientras pensaba en la solicitud que me hicieron de un artículo para una nueva publicación académica, me di cuenta de algo en que nunca había reparado. La academia actual sigue, en muchos sentidos, siendo igual a la medieval. Y es particularmente el asunto de la auctoritas que me interesa explicar en esta entrada de mi diario.
Isidoro de Sevilla, Bestiario de Aberdeen.
Auctoritas en derecho romano significa autoridad, tal como lo entendemos hoy en día. De alguna manera es el poder que tiene una persona sobre algo o alguien. Sin embargo, también implica el poder que otorga el citar a los auctores, los que son una autoridad en una materia específica. El término deviene una cualidad que tienen ciertos escritores a quien otros citan, como Isidoro de Sevilla (a la izquierda se puede ver una representación de San Isidoro escribiendo sus Etimologías).

Si en la Edad Media uno citaba las Etimologías de San Isidoro de alguna forma se volvía portador de la auctoritas emanada de aquel autor. Y eso no dista mucho de lo que sucede actualmente en la academia . Si escribo, por ejemplo, sobre conflictos de clase sería bueno que entre las obras citadas tuviera a Carlos Marx si quiero parecer seria en mis divagaciones. Citar a Gregorio Agamben o a Slavoj Zizek está de moda actualmente en algunas áreas.

También, relacionada con la auctoritas medieval, está la credibilidad que se le da a un autor sólo por el hecho que sea publicado. Siguiendo el mismo orden de ideas, si en la Edad Media alguien llegaba a poner por escrito algo, por fantástico que nos parezca ahora, quería decir que era cierto. Ejemplo de ello son los tratados sobre seres monstruosos que habitan en la región al sur del Nilo (aunque el Nilo no fluya de este a oeste, sino de sur a norte. Más abajo aparece una fotografía del Mapamundi de Hereford, en donde se ve el Nilo corriendo de este a oeste). Este tipo de fenómeno se sigue dando en la actualidad. Un ejemplo muy banal de ello es el uso desmesurado que hacen nuestros alumnos de licenciatura de fuentes como Wikipedia, aunque uno les diga y les repita que la información en ese sitio puede ser alterada por cualquiera. Pero, en áreas más "serias", si alguien llega a publicar un artículo o un libro lo que uno dice ha de ser verdadero, cierto o correcto. Desde luego, se pueden establecer discusiones teóricas sobre todos los temas tratados en libros y artículos.
Mapamundi de Hereford, c. 1300. El norte está orientado hacia la izquierda. El Nilo es la línea oscura, paralela al Océano (que circunda a la tierra). Este tipo de mapa, llamado T-O, es una representación medieval del mundo desde el punto de vista geográfico e histórico. Aunque no se pueda apreciar en esta imagen, el mapa contiene dibujos de seres mitológicos y fantásticos, lugares que ya no existen o que nunca existieron, además de lugares que siguen existiendo en la actualidad.
Pero para lograr obtener una plaza académica uno debe tener publicaciones. Es decir, siguiendo la lógica anterior, uno debe estar en conversación con los auctores y demostrar que se conoce la genealogía de la auctoritas. Eventualmente, si uno sigue publicando y los demás lo citan en sus propios artículos y libros, uno se vuelve fuente de tal poder.

En todo esto pensaba yo, pues debería re-escribir un artículo para ser publicada nuevamente. La idea es tener la mayor cantidad posible de publicaciones para encontrar un buen trabajo. ¿Verdad que nuestro momento aún mantiene prácticas académicas medievales?

24 de noviembre de 2011

La comilona

 Pues sí, esta fue la comilona de hoy. Primero que nada, hice unos muffins de elote con jalapeño y queso. La verdad, una delicia. Atrás se puede ver el platillo de batata (camote, en México) que es una tradición en este contexto. Las batatas las hizo mi hija, pues decidimos colaborar en esto de la cocina.

Mi hija también hizo tarta de calabaza, también algo que se acostumbra en los Estados Unidos. Tanto ella como su pareja adoran esta tarta... yo, no tanto. Supongo que aún no logro aculturarme, aclimatarme o acostumbrarme.

Este es el plato de batata ya terminado. ¿Verdad que se ve delicioso? Eso sí me gusta, aunque suene muy local. El novio de la hija hizo la cubierta del platillo, a pesar de que dice que no sabe cocinar.
Este fue mi favorito... una tarta de arándano sin corteza. Esta la hice yo. Pareciera que sólo comimos cosas dulces, pero les juro que eso no es cierto...
Por ello tengo esta foto en que se ve la pechuga de pavo, el puré de papa, los ejotes al limón y la salsa de arándano. Rico ¿no?

Días de fiesta

Imagino que todos sabrán que mañana se celebra en los Estados Unidos una fecha sumamente contradictoria. Se agradece a los nativos que alimentaron a los primeros pobladores ingleses, pues estos se estaban muriendo de hambre. Sin embargo, parece ser que el agradecimiento duró muy poco. Pregunten si no es cierto a los habitantes de las reservaciones que aún siguen persistiendo.

Pero además, con esa curiosidad por lo minúsculo e irrelevante que me caracteriza, me he encontrado la siguiente imagen que creo vale la pena analizar en relación a estas fiestas.
No podría precisar cuándo fue realizado este dibujo, pero no pareciera ser muy antiguo. Detengámonos un instante en las representaciones de los grupos en la imagen. Casi en primer plano, hacia la derecha, vemos un grupo de cuatro nativos comiendo. Todos ellos llevan indumentaria no europea, con plumas en el cabello. Además de la vestimenta, otro elemento que los diferencia de los "peregrinos" son sus modales. El hombre en azul oscuro, por ejemplo, está balancéandose en su banco como lo hacen los niños. También como una infantilización de este personaje, tiene los pies "enrollados" en las patas del banco.

A la izquierda de él hay otro "indio" comiendo con las manos o algo por el estilo. De hecho, está dando la espalda al "patriarca" blanco que está dando un discurso o bendiciendo los alimentos. Es más, estos cuatro personajes están ignorando por completo a los demás comenzales en esta primer día de "acción de gracias". Sin embargo, ¿por qué no puedo evitar percibir cierta segregación entre los primeros colonizadores ingleses y los nativos? Hay únicamente dos indígenas entre los hombres blancos... hombres todos, si nos fijamos bien.

¿En dónde están las mujeres? Dos de ellas están sirviendo la mesa, algunas más están atrás dentro de la casa (imagino que en la cocina). ¿Y las mujeres indígenas? ¿En dónde quedó ese personaje que la casa Disney inmortalizó, conocida como Pocahontas? El esquema es muy similar a la obtención del voto en los Estados Unidos, sin duda alguna. Primero sólo votaban los hombres (blancos y de clases acomodadas), después se les otorgó el voto a los demás hombres blancos. Los hombres de otras razas recibieron, como premio por su participación en la Gran Guerra (la Primera), el derecho al voto. Cuando le llegó el turno a las mujeres, evidentemente ya no hubo racialización y todas las mujeres pudieron votar. Pero una cosa es votar y otra cosa es beber agua en el mismo bebedero o poderse sentar en la misma banca en un camión.

Un último elemento que me llama la atención de esta elocuente imagen de la primera cena "multiracial" es la niña. Esta pequeña está agarrada a las faldas de su madre pero su mirada no está dirigida hacia el mismo lugar. La madre, totalmente de perfil, pareciera mirar hacia la otra mujer (a la derecha de la composición). En cambio, la niña está mirando a los cuatro hombres nativos que ocupan el primer plano. Y si bien las expresiones faciales no son claras en esta reproducción, la niña pareciera estar asustada ante los desconocidos pero generosos hombres que han decidido alimentar a estos pobres colonizadores.

Lástima que todo terminará en una horrible expropiación de las tierras, en la pauperización de los primeros habitantes y con la autoadjudicación de este país a un número interminable de inmigrantes (aunque ahora sólo los de piel morena son inmigrantes e ilegales hasta que no prueben lo contrario). Si no, pregúntele a estos cuatro hombres armados lo que opinan.

19 de noviembre de 2011

Como Lázaro...

Hoy me siento como Lázaro se habrá sentido. Regresar de la muerte no debe ser fácil, pero hay algo de éxtasis de sólo pensar que tenemos "tiempo extra". Así también se han de sentir los zombies, aunque deberíamos aclarar que los zombies en la actualidad parecen sólo desear matar a otros y tener pocos sentimientos (aunque en Shaun of the Dead al final Ed, a pesar de ser un zombie, sigue siendo el mismo de siempre). Y, desde luego, los vampiros también deben sentir algo parecido. Ellos también han logrado atravesar la frontera entre la vida y la muerte.
Yo no morí, pero la sensación de renacimiento que tengo nadie la puede negar. Tras un par de semanas en que mi actividad principal fue calificar ensayos de mis alumnos, este fin de semana podré dedicarlo casi exclusivamente a escribir la tesis. Evidentemente no es que no haya escrito nada de la tesis en estas dos semanas, pero creo que este fin de semana por fin terminaré el marco histórico necesario para explicar las cosas que suceden en el texto que analizo.

Mientras tanto, gozando la libertad que me ofrece no tener que calificar ensayos o pruebas, me pongo al día con mi diario (aunque la puesta al día siempre es una ilusión).

17 de noviembre de 2011

Pobre Eréndira

Me queda muy claro que la abuela le mentía a Eréndira. No es cierto que el jueves es el día más largo de la semana. Hoy es miércoles y estoy agotada.

Sólo pasé por aquí para dejar una notita... espero que después de mañana pueda volver a los vampiros.

8 de noviembre de 2011

Altar de muertos

He estado pensando que nunca es tarde para hacerlo... así que este es mi altar de muertos, una tradición mexicana para celebrar a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros.
A mi abuela Ángela, madre de mi madre, le gustaba la Jota o eso se decía. Así que le dejamos una en este altar. Y luego sigue mi abuelo... y mis tíos.
De izquierda a derecha, mi abuela Ángela, mi tío Fidel, mi padre, la primera esposa de mi tío José, mi abuelo Jaime, Mario Streji (el mejor amigo de mi padre) y su esposa Nélida, mi tía Poye y mi madre. Esto fue el día de la boda de mis padres. A mis tíos Fidel y José, hermanos de mi padre, les encantaban los chistes, pero no puedo ponerlos en este altar. A mi padre sí le he puesto una de sus canciones favoritas de Dixieland.
Esta es mi tía Milda, esposa de mi tío Rodolfo. De ella tengo muy recientes recuerdos, pues hace poco se fue.
Estos son mis abuelos Betty y Simón, padres de mi padre. Esto es el viaje de luna de miel cuando se casaron. Ya sé que es frivolidad pura, pero vean los hermosos zapatos de mi abuela.
Este es el único recuerdo de mi hijo, Axel, que ya van a hacer 12 años que se fue. Y como no sé qué le hubiera gustado, sólo le dejo mis pensamientos.
Esta es mi tía Gladys (de cariño, mucho cariño), que falleció recién este año víctima del cáncer. A ella le hubiera gustado un gato o un perro, pues les tenía verdadera adoración.
Esta es mi amiga Dora, con su hijita Anita. Ayer Dora dejó de compartir el planeta con nosotros... víctima del cáncer.
Este es mi adoradísimo amigo Francisco, también falleció víctima del cáncer, ya hace algunos años. Lo extraño horrores, como se han de imaginar.
Y mi amigo Luis, a quien recuerdo con muchísima frecuencia.
El querido Juan Manuel, abuelo de mi hija. En esta foto con algunos alumnos de él... y aquí no cabe duda de que es el padre de su hijo... digo yo.
El buen Rigo... que también se nos adelantó. Y con él dejemos mi altar de muertos, aunque me quedan todavía unos cuantos amigos que incluir.

Vámonos con una calaverita literaria que me hallé por ahí:

"Al fin que pa' morir nacimos
llegó la flaca y de un jalón
y nosotros ya la hicimos
vamonos para el panteón".

6 de noviembre de 2011

Procesos de escritura

Una de las actividades que practico con más frecuencia es la escritura. Desde correos electrónicos hasta comentarios en los ensayos de mis alumnos, pasando por este diario y mi tesis doctoral, mi día suele estar lleno de palabras escritas a mano o a máquina. Aunque recientemente me doy cuenta que hay un límite para la cantidad de palabras que puedo producir. Por ello, he dejado un poco de lado este diario.

Sí, esta es una justificación a mi falta de entradas. Ya quisiera yo tener más tiempo para escribir. No es que no tenga ideas, pues tengo un par de entradas sobre vampiros que aún no escribo (que siguen en el tintero) y otras sobre hombres lobo. También quisiera escribir sobre gigantes, pero todo llega en su momento. Por ahora, hay que tratar de hacer lo más inmediato (terminar de sacar un cálculo renal de mi sistema, acabar de escribir la reseña del libro, leer el libro que vamos a enseñar esta semana en clase)...

En fin... ya volveré.

1 de noviembre de 2011

La curiosidad mató al gato

Tengo un lector en Alemania y no tengo idea de quién sea. Francamente me muero de curiosidad... ¿será porque soy un gato?

Bueno, de ser un gato, espero ser menos extraña que el de Chesire.

Pero... por lo menos me queda claro que me interesan los dientes. ¿Acaso los del gato no son diferentes? ¿Y qué me dicen de los vampiros y de los hombres-lobo? ¡¡¡Dientes!!! Debería de haber sido dentista.

30 de octubre de 2011

Fiesta de todos los santos y no tan santos

A mí, que tanto me gustan los vampiros y otros monstruos... quién lo dijera. Anoche me disfracé de la Llorona. Para quien no conozca la leyenda, aquí hay un enlace al sitio de la Universidad de Colima en donde se puede leer La Llorona. Claro que lo mío ayer no tenía nada que ver con hijos perdidos ni pueblos conquistados, nadita que ver con eso. Anoche de repente tuve un dolor agudo en el vientre, en el lado derecho y, para hacer el cuentro super corto, terminé en la sala de emergencias del hospital. Resulta que tengo un cálculo renal (no es el primero y espero que sea el último).

Dance macabre des femmes (1491).
Pero anoche, día de fiestas por el día de muertos y todos los santos, la sala de emergencias fue muy divertida. Entre otros pacientes, llegó en ambulancia un hombre disfrazado de herido, con collarín y demás. Realmente no sé qué le había pasado, pero los médicos le quitaron el maquillaje para ver realmente qué tenía. Pobre hombre, lo suyo era una profesía cumplida. Por eso uno no debe disfrazarse de herido y salir a beber.

Otro paciente llegó tan borracho que lo tenían amarrado, sentado, para evitar que se ahogara con su propio vómito. Bueno, eso no era una imagen placentera de ver, he de confesar. Aunque los médicos se sentían algo divertidos del asunto, supongo que implicaba que no se iba a morir. Lo que es cierto es que muy pocas veces en la vida había visto gente que se emborrache tanto como los jóvenes norteamericanos. Serán las prohibiciones acerca de la bebida antes de los 21 años, o algo así. Realmente no lo entiendo.

Cerca de mí había una mujer que llevaba un mes con dolor de cabeza, la pobre. Había llegado a las tres de la tarde y ya para entonces era cerca de la media noche. Además, nuestras camillas estaban en el pasillo, junto al cuarto de los doctores (por lo menos era el lugar en donde comen). Parece ser que había pizza adentro y mi vecina no había probado bocado en todo el día. Después de que le hicieron el CAT scan, un enfermero super amable le llevó un "famoso" sandwich de pavo del hospital. Digo, un encanto de muchacho porque la señora llevaba muchas horas oliendo la rica pizza.

Había también un "homeless" altamente embriagado o drogado, que se quería ir de ahí pero no había manera de que pudiera caminar en ese estado. Pero nunca sabe uno si era realmente "homeless" o era disfraz. Y claro, una servidora...

¡¡¡Tanto lloraba La Llorona al llegar!!! Por suerte no era un ataque cardíaco, ni apenticitis. Con una dosis de morfina o algo parecido y un desinflamatorio, incluso las tristes escenas en la sala de emergencias parecían una fiesta de todos los no tan santos. Bueno, contemos a la señora con migraña entre los santos, ella no había hecho nada malo.

26 de octubre de 2011

Ya encarrerado el ratón...

Dante Gabriel Rossetti. La Pia de' Tolomei.
Sorprendentemente, el día de hoy fue particularmente productivo para mi. Todo el día me dediqué a calificar ejercicios de escritura en clase de mis muchos alumnos. Ciertamente, algunos de ellos eran prácticamente ilegibles, pero no estoy pidiendo peras al olmo. Sin embargo he notado que calificar ensayos y otras formas de escritos me ayuda a recanalizar mi energía. Evidentemente, no espero que me siga sintiendo así por mucho tiempo, pero terminar de calificar es una delicia.

Por la tarde terminé de leer el tercer capítulo del libro que tengo que reseñar. Así que después de cenar y tener una muy larga conversación con mi mejor amigo, que lamentablemente no vive en la misma ciudad que yo, decidí que era hora de empezar la multicitada reseña. No la terminé, obviamente, porque tengo que terminar el libro (bueno, el capítulo que me falta). Pero ya no es tan pesado como comenzar de cero. Total, tengo una semana para hacer las revisiones necesarias una vez que termine de escribir.

Sin embargo, tengo todavía pendiente escribir por lo menos dos páginas más sobre mi nuevo capítulo, pues tengo una compañera de escritura. Eso suena horrible. Veamos, debe haber una manera mejor para explicarlo. Una compañera del doctorado, pero dedicada a otra área de estudio (no coincidimos en área ni en tiempo histórico), y yo hemos decidido trabajar juntas. Es decir, yo le mandaré este viernes entre cinco y siete páginas del material para este capítulo. Ella hará lo mismo y nos encontraremos unos días después para comentar qué opinamos, qué partes requieren explicación, etc.

Así que, ahora que me siento mucho más saludable... a darle duro. (Y eso que le pido a mis alumnos que no utilicen expresiones coloquiales cuando escriben algo que va a ser leído por otros... soy buena maestra, pero mal ejemplo).

25 de octubre de 2011

Entrenamiento a la Pavlov

Pavlov y su perro. Imagen que flota en el internet.
Ivan Pavlov estaría orgullosísimo de mi en este momento. Finalmente me reconozco enteramente condicionada. Es una pena que el condicionamiento en este caso sea negativo, pero es un hecho, soy todo un éxito en el laboratorio de las reacciones humanas.

Pero explico a qué me refiero. Esta mañana, hace un rato, salí de casa hacia un café que queda muy cerca. Había decidido salir de casa para tratar de terminar de corregir (no ya los ensayos de mis alumnos, sino los ejercicios de escritura que hicieron  en clase). El buzón de correo me queda de camino a la calle, así que abrí el buzón y me encontré un sobre de la CCWH, una asociación de mujeres historiadoras que anualmente ofrecen dos becas para estudiantes de posgrado. Como recientemente hice la solicitud, en cuanto ví el sobre me empezó a latir muy rápidamente el corazón...

te equivocas, querido lector. No era la emoción de recibir tan pronta respuesta otorgándome el reconocimiento. De hecho, me quedaba claro que no podía ser, pues sé que la respuesta vendrá en diciembre o algo así. Mi reacción física fue de angustia y tristeza, pensé que seguramente, una vez más me habían rechazado para una beca o alguna otra de esas zanahorias que nos ofrece la vida académica.

Eso me trae a la memoria una charla que tuve con la profesora que ha sido la mejor consejera en mis estudios de doctorado. Un día, después de haber recibido alguna negativa a no-recuerdo-qué, le preguntaba yo si algún día estos momentos de rechazo, que suenan a personales aunque no lo sean, dejan de dolernos. Para mi sorpresa, la profesora me miró y sonrió. "No, nunca... pero uno se acostumbra", me contestó sin dejar de sonreir.

Es posible que hoy cuente como un paso más hacia el acostumbramiento al rechazo académico que de vez en cuando nos toca vivir. Sin embargo, no me queda la menor duda que también hay momentos de gloria: la aceptación de ensayos para un panel en un congreso, la publicación de un artículo, las eventuales becas que uno sí recibe, las menciones que hacen otros académicos de nuestras ideas, la construcción conjunta de una comunidad.

En efecto, fue un momento de reconocimiento que me hace saber que puedo ver ambos lados de la moneda... y el canto también.

P.D.: La carta que recibí no tenía nada que ver con un rechazo o una aceptación, era el recordatorio para renovar la membresía anual. Pero igual, qué cosas ¿no?

Tocando puerto nuevamente

Pues no fallecí durante el fin de semana, ni sentí tampoco que estuviera muy próxima a la muerte. Sin embargo, qué importaría si morir sólo es otra parte del proceso. Pero no, no hay por qué preocuparse. El hecho es que parece que tengo alguna forma de alergia... a los ensayos de mis alumnos.

Hoy finalmente terminé de calificar 48 ensayos que me resultaron verdaderamente una tortura. Por alguna razón es imposible leer las tres páginas escritas por alumno, haciendo correcciones en los errores gramaticales y anotaciones en las partes que son incorrectas o vagas, para terminar con un comentario de un par de líneas en menos de 30 minutos. 30 minutos por alumno suman muchísimas horas... y con un estado gripal, aún es más difícil.

Aunque yo lo veo como un proceso de entrenamiento para el futuro, tengo claros recuerdos de este fin de semana en que de a ratos quería sólo dormir y mejorarme, en lugar de estar corrigiendo ensayos. Por suerte, hoy terminé con ellos. Ahora comenzaré (bueno, mañana) a corregir ejercicios de escritura en clase. Quiero entregarles todo el miércoles, porque el viernes tienen examen parcial.

Y mi propio trabajo, pues tendrá que esperar para el miércoles por la tarde y el jueves, en que no tengo que calificar nada. Es una pena que hayan pasado tantos días sin poder escribir ni una página de mi tesis. Obviamente, no es porque no hubiera unos minutos aquí o allá, pero no estaba en condiciones mentales para hacer nada.

Pero, ya veo la luz al final del tunel... en cuanto a calificar y salir del estado gripal que tenía...

Pronto, muy pronto, volveré con los hombres lobo y los vampiros. Me han quedado en el tintero un montón de temas que quiero tratar. Así que, como decían en algunos programas de televisión, continuará.

23 de octubre de 2011

Donde manda capitán...

más vale ni meterse.

Por eso, mañana me quedo en casa, de ser posible en cama, para curarme el resfriado que tengo y terminar de calificar ensayos de los alumnos.


Mientras tanto, el diario está temporalmente abandonado.

19 de octubre de 2011

Temas académicos sangrientos

Así como me siento, con todo el cansancio y la sensación de debilidad junta, no me queda de otra que escribir sobre algo que me parece inevitable reconocer. La academia, este sistema de enseñanza-aprendizaje hiper-jerárquico que más parece un molino de cerebros que otra cosa, resulta ser vampírico en el sentido marxista del término. Ya sé que sueno totalmente ridícula, pero déjenme explicarles y ya verán que no me he vuelto loca.

Cuando cursamos la escuela primaria, secundaria y preparatoria no pensamos demasiado seriamente en qué será nuestro futuro. A veces, hacia el final de la preparatoria, empezamos a considerar qué nos gustaría hacer. La verdad es que uno va a la universidad porque sueña en llegar más allá... de no sé qué, la verdad. Supongo que la ilusión de un mayor conocimiento nos lleva a someternos a un proceso de constricción institucional. Pero terminamos la licenciatura con relativamente poca información o formación, como queramos llamarle.

Si después del jardín de niños sigue la escuela primaria y de allí hay una ruta marcada, pareciera ser que después de una licenciatura uno debería seguir estudios de posgrado. Y uno cae en esa trampa... o en creer que hay una ruta pre-establecida. Aunque francamente no tengo experiencia del posgrado en México o en otros países de América Latina, me queda claro que ser un estudiante de posgrado en los Estados Unidos te vuelve la mosca que alimenta a la araña, que alimenta al ratón, que alimenta al gato... y que finalmente Renfield se come en espera de lograr succionar la vida de todos estos seres.

Sí, Renfield es el paciente psiquiátrico, personaje de Drácula. En su encierro y espera del regreso de su amo (el dador de vida eterna, o de una apariencia de vida eterna), este pobre hombre se dedica a cazar moscas para alimentar a las arañas... bueno, para qué repetir la cadena trófica. Así, los alumnos de licenciatura son los que pagan las colegiaturas más altas para ser enseñados, en las universidades norteamericanas privadas y dizque públicas, en aulas gigantescas y sólo tienen contacto real con los asistentes de los profesores. Y sí, adivinaron muy bien, esos son estudiantes de posgrado.

Y al terminar nuestra tesis doctoral, empezamos una carrera enloquecida, el escalafón para obtener un puesto de profesor asistente, asociado y, al final, titular. Este proceso es, regresando a la imagen de Renfield y Drácula, una apariencia de vida eterna. Sólo apariencia porque si bien las moscas (alumnos de licenciatura) son el "alimento" de las arañas (los alumnos de posgrado), éstos son la fuente de energía de los ratones (los profesores asistentes y asociados) que requieren de la vitalidad de las arañas para escribir el famoso libro que les otorgará la titularidad. Ser titular es, en todo caso, ser como Renfield... no como Drácula.

Drácula, en realidad, sería un ser irreal (no que sea real en la novela, ni mucho menos) o una construcción imaginaria, para ponerlo en otras palabras. Drácula y sus mujeres son la burocracia educativa que dependen de que haya moscas, arañas y ratones para subsistir, pero que se olvidan que si los dejan exangües no hay sustento para nadie. El sistema universitario requiere de alumnos y profesores, no de administradores. Sin alumnos y profesores, una universidad es una empresa cualquiera. Una universidad sin administradores es una escuela como las de la Antigüedad o las primeras universidades europeas.

Me pregunto, entonces, si yo me siento tan agotada porque el sistema universitario (que en este momento es tan parasítico y vampírico) me está dejando totalmente sin sangre... ¿será? De una imagen similar hablaba Marx, en El capital (Vol. I, Cap. 10, Sec. 1), "Capital is dead labour, that, vampire-like, only lives by sucking living labour, and lives the more, the more labour it sucks" [El capital es trabajo muerto que, como un vampiro, sólo vive al absorber el trabajo vivo y vive más cuanto más trabajo chupa].

18 de octubre de 2011

Realidades paralelas... o ¿esquizofrenia rampante?

Mi proceso de escritura, como lo saben algunos de mis lectores, es múltiple. Por una parte, estoy escribiendo una tesis doctoral en inglés, en la que estudio las representaciones del Otro en la naciente España de finales del siglo XV y principios del XVI. El texto principal que analizo es una traducción al castellano medieval tardío de un romance francés del siglo XII, pero su hipotexto más directo es una prosificación en suizo-francés de fines del siglo XV. Evidentemente, debido al ejercicio de traducción que yo misma hago como un reflejo de lo que hizo Nicolás de Piemonte con el texto que estudio, sentí la necesidad de volver a mi propia lengua natal.

Así, hace relativamente poco tiempo, empecé a escribir este diario para contrarrestar la angustia que me causa el uso de tantos idiomas. Escribir en mi lengua materna me da seguridad, me hace sentir más fluida al escribir. Esto ha de parecer una obviedad a quienes son hispanoparlantes nativos, pero no lo es cuando uno lee y escribe en tantos otros idiomas y dialectos.

Por si esto fuera poco, estoy dando clase de literatura española en la licenciatura. El curso que he estado impartiendo este trimestre comienza en la Edad Media y, para comenzar, les enseñé a mis alumnos las Cantigas de Santa María (que están en galaico-portugués, no en castellano). Pero eventualmente vamos llegando al siglo XIX y las cosas se hacen más simples.

Además estoy preparando una reseña sobre un libro que analiza la figura del sujeto errante (un concepto que me parece poco explicado en la introducción del libro en cuestión) en el siglo XVI y XVII en España. Claro que sería mucho pedir que estuviera escrito en español, pues esta es una versión de la disertación del autor. Mi cerebro, aunque pareciera escindido, resulta que está trabajando en realidades paralelas.

En ocasiones nos parece que el que "a muchos amos sirve..." (no recuerdo si fue Sancho Panza el que decía esto, aparecía en el Lazarillo de Tormes o es sólo un dicho muy conocido). Sin embargo, resulta que hacer un poco de esto y un poco de aquello ayuda a que mi cerebro funcione sin atorarse. Nadie puede trabajar demasiadas horas en lo mismo, uno se vuelve improductivo.Yo espero no quedar mal con ningún amo y terminar las cosas que me propongo.

La ventaja es que la reseña tiene que estar lista en dos semanas, así que eso tiene una fecha límite mucho más próxima. Lo demás no es tan urgente... ¿o será que estoy volviéndome loca de verdad?

15 de octubre de 2011

¿Bloqueo de escritura o atiquifobia?

Edvard Munch, Skirk
Uno de los problemas que enfrenta alguien como yo (un estudiante de posgrado que está "escribiendo" su tesis) es sentirse bloqueado. La verdad que es un suceso interesante, porque mis lectores bien se percatan que no es que me sienta bloqueada para escribir mi diario. Me siento bloqueada para escribir mi tercer capítulo, que no es lo mismo.

Supongo que una obviedad es que este diario lo escribo en español (o castellano, como les explico a mis alumnos que en realidad se llama mi idioma natal), en cambio la tesis la escribo en inglés. Y también en relación con esta obviedad es que estoy usando fuentes primarias y secundarias en muchos otros idiomas, lo que llega a causarme más desgaste del necesario (leer en castellano moderno, castellano medieval, inglés medio, inglés moderno, francés moderno, un dialecto franco-suizo medieval, italiano y, a veces, incluso en latín, no es el problema, sino traducir todos estos idiomas a inglés moderno).

Además, creo que ahora se agrega el dolor de cabeza que tuve. Tres días seguidos de dolor de cabeza no ayuda a tratar de escribir una tesis, dar clase, leer diversos materiales e incluso dificulta dormir. Los analgésicos no ayudaron en nada y tuve que sobrellevar el dolor de cabeza lo mejor posible (sin morder a nadie).

Pero creo que lo más grave es el caso de atiquifobia que sufrimos los estudiantes de posgrado debido a las evaluaciones perpetradas (ojo, uso esta palabra considerando que el diccionario de la Real Academia dice que significa "Cometer, consumar un delito o culpa grave") por nuestros asesores. Sí, el miedo al fracaso es una de las razones más contundentes de los bloqueos de escritura.

Este fin de semana, con toda mi energía, buscaré desbloquearme y ponerme a escribir la parte del análisis para mi tercer capítulo... o moriré en el intento.

13 de octubre de 2011

¿En dónde se esconde el conde?

bajo la mesa...
y ¿qué come?
milanesa...

Este es un recuerdo privado, casi íntimo de mi padre tratando de que yo terminara de comer la milanesa que estaba en mi plato. ¿Por qué no comía yo entonces? No sé, por cualquier cantidad de razones válidas o no, pero mi padre intentaba hacerme comer un bocado cada vez que decía eso de "milanesa..."

También recuerdo haber visto "Las amargas lágrimas de Petra von Kant" (1972, Dir. Rainer Werner Fassbinder) con él en el Goethe Institut cuando yo tendría 15 o 16 años. Y en ese mismo baúl de recuerdos encuentro imágenes de mi padre y yo en la librería El Ágora, comprando libros (muchos libros, pues es tradición en mi familia ahorrar en muchas cosas, pero no en libros)... o charlando con Alfredo Taine, que era dueño de la librería.

Algunas veces lo acompañé a mi papá cuando iba a tocar un "palomazo" con el Cuarteto Mexicano de Jazz. Creo que mi recuerdo más vivo es a finales de 1984, que tocaron en el restaurant Cluny, particularmente St. James Infirmary como la tocaron esa vez. Las lágrimas rodaban por mis mejillas, no sé por qué, pero esa pieza me tocó el alma... para siempre.

Mi padre y mi abuelo Simón, enero de 1945.
Hoy otra vez corren mis lágrimas porque, no importa cuántos años pasen, yo extraño mucho a mi padre. Lo que no daría yo por tener dos horas a su lado y contarle las cosas que han pasado en estos doce años (justo ayer), las decisiones que tomé y las que evité tomar, platicarle qué películas he visto recientemente o cuáles libros están en mi lista para leer cuando termine la tesis doctoral.

Por lo menos, la condesa no se esconde... y recuerda muchas cosas.

12 de octubre de 2011

Temas sangrientos y peludos II

La última vez que escribí en mi diario estaba pensando en la relación que hay entre vampiros y hombres lobo. No me referí a las apariciones conjuntas de estos seres, sino a las transformaciones que ambos comparten (sobre todo debido a que Drácula se transforma en perro o lobo). Hoy he estado pensando en las diferencias entre el vampiro y el licántropo, para de ahí empezar a analizar algo que viene sucediendo en la literatura y el cine actual: el fenómeno vampiro vs. hombre lobo.

Una de las características esenciales del vampiro es su alimentación a base de sangre, por lo menos en la mayor parte de la tradición literaria. ¿Por qué sangre? Porque por lo menos desde que se escribió el Levítico (uno de los cinco libros del Antiguo Testamento), la sangre se asocia con la vida. Beber sangre, por lo mismo, implica la absorción de la vida del otro (del donador, por llamarle de alguna manera... o de la víctima, si se quiere). Esto desemboca en una obviedad: el vampiro en realidad está viviendo "de prestado", su vitalidad proviene de la sangre que ingiere, es un muerto reanimado.

El licántropo u hombre lobo no es un muerto en vida, todo lo contraio. El hombre lobo es uno de los seres más vitales del reino sobrenatural, es un hombre que vuelve a su más pura animalidad en condidiones específicas. A diferencia del vampiro, el hombre lobo sufre de una transformación temporal (ya sea durante la luna llena, según algunas tradiciones, o durante periodos más largos como es el caso de la pareja de lobos en el texto de Geraldo de Gales, mencionado en la entrada anterior). En cambio, el vampiro no puede recuperar su humanidad (por lo menos hasta finales del siglo XX, pues a partir de entonces se han visto nuevas versiones literarias del vampiro).

Estas diferencias básicas entre vampiros y licántropos nos llevan a pensar que el vampiro, aunque ha perdido su humanidad (y por ende, su espiritualidad), no pierde el control sobre su ser. El hombre lobo sí pierde el control y, en muchos textos en donde aparece este ser, es incapaz de recordar lo que ha hecho durante su periodo animal. Justamente esta dualidad ser humano vis-à-vis animal es lo que da fuerza al mito licantrópico: normalmente un buen hombre se ve sometido a una vida doble, una existencia velada en el fondo del bosque o en la oscuridad de la noche.

La dualidad que sobreviene en el vampiro es muy otra: es la materia viva vis-à-vis la materia muerta reanimada artificialmente por el líquido que nos da vida. El vampiro es una paradoja, vive pero no vive, habitando el intersticio entre una y otra condición. Quizá por esa condición intersticial se asocia al vampiro y al hombre lobo, pues este último también habita en el intersticio entre lo humano y lo animal.

Sin embargo, nos queda preguntarnos por qué, por lo menos a partir de Underworld (Dir. Len Weisman, 2003), el hombre lobo pareciera ser un sujeto del vampiro. La respuesta, me parece a mí, está en Dracula, cuando Jonathan Harker se acerca al castillo y un grupo de lobos lo rodea. En ese momento aparece un hombre que los controla sin palabra alguna. Estos animales responden obedientemente al misterioso hombre, que imaginamos es Drácula mismo.

8 de octubre de 2011

Temas sangrientos y peludos I

Hace tiempo que he estado pensando en escribir una entrada sobre la relación entre vampiros y otros seres monstruosos que sufren transformaciones. La primera vez que pensé en ello estaba escribiendo al respecto de las características especiales que tiene Drácula en la novela epónima. Una de estas características es la transformación del vampiro en perro o lobo. Pero las transformaciones en animales no son específicas de los vampiros, siendo Dracula de Bram Stoker prácticamente el único caso.
Lycaon. Grabado de Hendrik Goltzius (1558-1617) para las Metamorfosis de Ovidio.
Remontémonos nuevamente al texto de Dom Agustin Calmet que mencioné en una entrada anterior. Hacia el final del texto Calmet menciona que en la Antigüedad había pueblos que creían que las almas volvían a cuerpos humanos o animales. También en la antigua Grecia se mencionan otras transformaciones, como las de Zeus en todo tipo de animales para seducir a las mujeres sin que Hera (su mujer) se entere. También en las Metamorfosis de Ovidio aparecen menciones de hombres que se vuelven lobos. Pero durante la Edad Media hay muchos relatos sobre estas transformaciones. Estas transformaciones, sobre todo aquellas relacionadas con cuerpos animales reanimados, son adjudicadas a demonios en el texto de Calmet.

Pero con frecuencia la transformación de un hombre en lobo se asocia a enfermedades (mentales y físicas). Tenemos casos en la literatura de hombres que debido a un enorme dolor emocional se vuelven lobos (u otras fieras) de manera temporal, o cambian de aspecto debido a alguna forma de magia. Ejemplo de ello son Melion (en el ciclo artúrico) y el hombre lobo en Guillaume de Palerne. Además, en las Islas Británicas encontramos otras menciones de hombres que se transforman en lobos. Geraldo de Gales (Giraldus Cambrensis) cuenta, en su Historia y topografía de Irlanda que en una zona de Irlanda había un pueblo que había sufrido una maldición. Según esta, un hombre y una mujer de este pueblo tendrían que pasar siete años en forma de lobo. Evidentemente, este relato tiene un trasfondo político porque en Inglaterra ya no existían lobos desde hacía años (fueron erradicados al parecer durante el periodo anglosajón, según Sabine Baring-Gould) e Irlanda era considerada como un área atrasada y, por lo mismo, merecedora de ser colonizada por los ingleses.

El clérigo y el hombre lobo  en Historia et Topographia Hibernica. London, Royal MS 13 B.viii, fol. 17v (c) British Library.
Sin embargo, estas transformaciones no tienen nada que ver con muertos vivientes, ni alimentación a base de sangre. En ocasiones aparecer como lobo también implica llevar piel de lobo, como si fuese un disfraz. Pero eso deberá ser materia de otra nota, que volverá a mencionar el texto de Guillaume de Palerne, pero dejemos eso para otro momento.

7 de octubre de 2011

Temas sangrientos XI

Lo bueno de estudiar vampiros es que siempre se pueden usar como ejemplos cuando se discute con la directora de tesis. Bueno, eso digo yo. Déjenme contarles la conversación, por sí misma es explícita...

Hoy discutía yo con mi directora de tesis que me parece muy importante que Nicolás de Piemonte muestre las visicitudes de un recientemente convertido (de moro a cristiano) en relación a su lealtad familiar y feudal. Fierabras siente una ambivalencia muy comprensible para nosotros, pero es un elemento muy poco común en un texto medieval tardío (y en especial una traducción castellana de un roman sobre la materia de Francia). Agregué, en mi conversación, que me parece tan importante como el hecho de que el vampiro sólo empieza a tener voz y el lector tiene una visión "desde dentro" a mediados del siglo XX. Este cambio en la perspectiva del vampiro justamente coincide con los movimientos de derechos civiles y feministas de los años sesenta y setenta.


Claro, mi asesora sabe a qué me refiero en ambos casos, pero me miró con cara de sorpresa (y eso no necesariamente es bueno con ella). Evidentemente no era la mejor manera de explicar por qué me parece esencial este cambio en la representación de los recientemente convertidos al cristianismo que coincide con la expulsión de los judíos de los reinos de Castilla y León y la toma de Granada (que da por concluida la Reconquista).

Pero el asunto de que los vampiros no tienen voz es muy evidente en Dracula y en las historias de vampiros que preceden a la novela. No es sino hasta I Am Legend (1954) de Richard Matheson, “Softly While You’re Sleeping” (1961) de Evelyn E. Smith y Some of Your Blood (1961) de Theodore Sturgeon que el vampiro es representado de manera más empática. Lo mismo sucede con Fierabras en la versión castellana, aunque en lugar de vampiro tenemos un moro o turco, y en lugar de los movimientos de liberación femenina y de derechos civiles hay un recrudecimiento en contra de la diversidad étnico-religiosa en la Península Ibérica.
Por eso estudio este texto medieval... no porque tenga vampiros, sino porque me parece tan fascinante como las historias de vampiros.